Milenka Duarte

Los son un órgano vital del cuerpo humano que desempeñan una función imprescindible para mantener la salud y el equilibrio interno, ya que principalmente actúan como un sistema de filtración que elimina los desechos y las toxinas del torrente sanguíneo a través de la producción de orina. Por ello, cuando la se ve comprometida, pueden aparecer una serie de problemas y complicaciones que impactan negativamente a otros órganos y la calidad de vida en general.

“Existen diversos problemas que pueden afectar a los riñones, como la insuficiencia renal aguda, la formación de cálculos renales; sin embargo, la que tiene una mayor prevalencia en el Perú, es la enfermedad renal crónica. Esta puede ser el resultado de una variedad de condiciones subyacentes, incluyendo la diabetes y la hipertensión arterial, así como también guarda relación con ciertos componentes ambientales o personales, muchos de los cuales están asociados a la nutrición. Por lo tanto, una y equilibrada ejerce un papel crucial en la prevención de diversas patologías del riñón y en el mantenimiento de la función renal óptima”, explicó Samantha Rubio, médica especialista en nutrición a .

¿Cuáles son los nutrientes críticos que deben controlarse en la dieta de un paciente renal?

Para quienes padecen de alguna afección en los riñones, especialmente de la enfermedad renal crónica, es fundamental controlar la ingesta de proteínas. Como precisó Karen Velásquez Pérez, nutricionista de la Clínica Ricardo Palma, al ser este órgano el encargado de filtrar todo tipo de toxinas, la proteína es una molécula bastante grande que produce desechos nitrogenados, por lo que si tomamos en cuenta que, los riñones ya no tienen la misma capacidad que cuando estaban sanos, la ingesta excesiva de proteínas puede suponer un aumento significativo en la carga de trabajo de los mismos.

“Asimismo, para algunas personas con enfermedad renal es esencial supervisar la ingesta de potasio y fósforo, puesto que mantener niveles elevados de estos minerales en sangre, pueden generar un daño importante en los riñones. Sin duda, esto implica limitar alimentos, como plátanos, naranjas, espinacas, tomates, productos lácteos, frutos secos, entre otros”.

Los riñones son órganos vitales que desempeñan un papel crucial en la eliminación de desechos y toxinas del cuerpo, así como en la regulación de los niveles de líquidos y electrolitos.
Los riñones son órganos vitales que desempeñan un papel crucial en la eliminación de desechos y toxinas del cuerpo, así como en la regulación de los niveles de líquidos y electrolitos.

No obstante, uno de los nutrientes con el que se debe tener un mayor cuidado, sobre todo si el paciente tiene cierto grado de falla renal, es el sodio. En efecto, puede incrementar la presión arterial y provocar retención de líquidos, lo cual puede ser perjudicial y causar un mayor deterioro de la función de los riñones. Por consiguiente, se recomienda restringir el consumo de alimentos procesados y ultraprocesados, así como de condimentos ricos en sodio, destacó el nefrólogo Pablo César Ángeles.

“Igualmente, es necesario evitar las grasas saturadas y trans, pues estas aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares que pueden afectar la función renal. De igual modo, es sustancial mantener niveles estables de glucosa en sangre para prevenir o atenuar el daño renal relacionado con la diabetes. Por ello, una dieta rica en fibra, baja en carbohidratos y azúcares es vital para controlar la enfermedad”

¿Qué alimentos debe incluir la dieta de un paciente renal?

Para un paciente renal, es primordial seguir una dieta que sea amable con los riñones y que a su vez, ayude a controlar la progresión de la enfermedad renal. En concreto, se recomienda el consumo de proteínas magras, como el pollo, el pavo, el pescado y los huevos. Además, es necesaria la ingesta de frutas y verduras, de preferencia cocidas, ya que, al ser dializadas previamente, esto favorece a la reducción de ciertos nutrientes como el potasio, detalló la nutricionista.

 El sodio puede aumentar la presión arterial y provocar retención de líquidos, lo que puede ser perjudicial para los riñones. Por ello, se debe limitar su ingesta, lo que implica evitar alimentos procesados y enlatados.
El sodio puede aumentar la presión arterial y provocar retención de líquidos, lo que puede ser perjudicial para los riñones. Por ello, se debe limitar su ingesta, lo que implica evitar alimentos procesados y enlatados.

En el caso de los lácteos, estos quedan restringidos a una menor cantidad, por lo que se recomienda de una a dos porciones a la semana. En cuanto a las menestras, los pacientes renales deben limitar su consumo a una vez a la semana y siempre se debe realizar un remojo previo de las mismas, así como también una doble cocción.

“En definitiva, es crucial basar la dieta en preparaciones caseras, las cuales les permitan a las personas saber con exactitud la calidad de los alimentos empleados, pues la gran mayoría de los productos que compramos en los supermercados poseen altas cantidades de sodio, motivo por el que es importante controlar o evitar adicionar este y otros nutrientes perjudiciales a las comidas”, aseguró la doctora Rubio.

¿Cómo debe ser la ingesta de líquidos en la dieta de pacientes renales?

Básicamente, al ser el riñón el encargado de regular el volumen de líquidos en el cuerpo, ante una ingesta excesiva, la producción de orina es mayor, por ende, este órgano tiene que trabajar aún más para poder filtrar todo el líquido que ingresa al organismo, lo cual va a ser particularmente difícil, sobre todo, para unos riñones con fallas preexistentes. Por esta razón, como recalcó la médica especialista en nutrición, en pacientes con enfermedad renal moderada o severa, se recomienda limitar la ingesta para evitar la sobrecarga de líquidos. Adicionalmente, es fundamental evitar el consumo de gaseosas, alcohol o bebidas altas en sodio.

¿Cómo se puede mantener un equilibrio adecuado entre la dieta y las restricciones alimenticias?

En principio, es importante considerar que, sí existen diferencias significativas en la dieta que se recomienda según las distintas etapas de los problemas renales. Por supuesto, no es lo mismo tener un daño renal leve que tener una falla moderada o severa, es decir, no todos los pacientes requieren de las mismas restricciones en cuanto a proteínas o el potasio. Fundamentalmente, ello va a depender de la evaluación médica que se realice, por lo cual, es necesario que cada caso se individualice para determinar el mejor plan nutricional, enfatizó Ángeles.

Una alimentación equilibrada ayuda a proteger la salud renal a largo plazo. Por eso, se debe limitar la ingesta de proteínas, sodio, potasio y fósforo, así como de azúcares y grasas saturadas.
Una alimentación equilibrada ayuda a proteger la salud renal a largo plazo. Por eso, se debe limitar la ingesta de proteínas, sodio, potasio y fósforo, así como de azúcares y grasas saturadas.

“Sin lugar a duda, una pieza clave en la nutrición de los pacientes renales para mantener un equilibrio es la moderación, al igual que, es importante que sean conscientes tanto de su enfermedad como de lo que consumen. Por eso, es básico aprender a leer las etiquetas nutricionales de los productos, apostando siempre por los más naturales. También es primordial tener presente que, una mala alimentación produce un deterioro más rápido de los riñones, por ello, se debe cuidar mucho la selección de alimentos, especialmente, en los estadios más avanzados”, sostuvo Samantha Rubio.

¿Cómo prevenir los problemas renales a través de la alimentación?

De acuerdo con Velásquez Pérez, la prevención de enfermedades de los riñones implica adoptar hábitos dietéticos saludables que ayuden a mantener la función renal, razón por la cual, se debe reducir el consumo de alimentos procesados, que suelen ser altos en sodio y optar por opciones frescas o caseras. De igual manera, es importante moderar la ingesta de carnes rojas o productos lácteos que aumentan la carga sobre los riñones, así como priorizar los carbohidratos complejos, como granos enteros, frutas y verduras.

“Además, de una alimentación balanceada, es indispensable realizar actividad física regular, tener una buena higiene del sueño y mantener una buena hidratación (35 mililitro por kilo de peso), con la finalidad de minimizar el riesgo de diversas enfermedades crónicas, las cuales son irreversibles y generan una serie de complicaciones y repercusiones negativas para la salud”.