Los presidentes de los países sudamericanos protagonizaron hoy casi un reality show, con las cámaras de televisión grabando y transmitiendo en vivo cada segundo de las siete horas que estuvieron reunidos, o encerrados, según se mire, en un lujoso hotel de la ciudad argentina de Bariloche.

El antecedente más próximo de este Gran Hermano de gobernantes está en la Cumbre del Grupo de Río que tuvo lugar en Santo Domingo el 7 de marzo de 2008, cuando la región estaba como ahora al rojo vivo y Colombia era también el centro de todas las iras.

Los que presenciaron esa cumbre por televisión vieron a algunos de los jefes de Estado debatir y argumentar, pero también lanzarse duras acusaciones, reconciliarse y hasta cantar.

En Bariloche, además, los vieron comer, pues hubo que suspender el almuerzo para seguir debatiendo y para que los gobernantes de los países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) no desfallecieran fue necesario pasarles bocadillos y entremeses.

Sin embargo, fue en la XVII Cumbre Iberoamericana de Chile, en noviembre de 2007, cuando se produjo el hecho de mayor impacto mediático en la historia reciente de las transmisiones en directo de reuniones internacionales: el enfrentamiento verbal del presidente venezolano, Hugo Chávez, con la delegación española que hizo exclamar al Rey Juan Carlos: ¡por qué no te callas! .

PROPUESTA DE URIBE En el hotel Llao-Llao de Bariloche, donde se dieron cita los líderes de Unasur para tratar un polémico acuerdo para que tropas estadounidenses puedan hacer uso de bases colombianas, la transmisión en directo del pleno de la cumbre en su totalidad fue idea del mandatario de Colombia, Álvaro Uribe, quien está acostumbrado a hablar con luz y taquígrafos.

Si esto le da mayor seguridad a Colombia, no tengo objeción para que la sesión sea transmitida en vivo y en directo, dijo la anfitriona del encuentro, la presidenta argentina, Cristina Fernández.

Uribe asiste cada sábado a consejos vecinales por toda la geografía colombiana, en los que responde las preguntas de los vecinos acompañado de ministros y ayudantes y, por supuesto, de la televisión.

PROTESTA DE LULA El jefe de Estado brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, que pese a llamar a la moderación y a la contención verbal a sus compañeros presidentes no pudo ocultar su irritación cuando la reunión llevaba ya seis horas largas, protestó por esta apertura a los medios de comunicación de debates tan delicados como los que tienen que ver con defensa y seguridad.

Lula cree que es imposible abstraerse de las cámaras y que los presidentes acaban hablando para sus audiencias y coartados por miedo a que los malinterpreten.

A mí me preocupa lo que diga mañana la prensa, llegó a decir ante el tono cada vez más acalorado que tomaban las discusiones, que, pese a lo que se esperaba, empezaron en un nivel muy moderado.

Las expectativas que generó esta reunión, como la del Grupo de Río en Santo Domingo, donde Uribe debió explicar el bombardeo de un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) instalado en Ecuador, hicieron que en el centro de Bogotá numerosas personas se concentraran en cafeterías y bares para ver los debates por televisión, según informaron medios locales.

En la plaza de Bolívar, el corazón de la capital colombiana, la cumbre se transmitió por pantallas gigantes.

Sin embargo, la cumbre de Santo Domingo tuvo más emoción, quizás por la novedad, y porque no se guardaron tanto las formas, ni se midieron tanto las palabras.

El final feliz de la reunión de Santo Domingo, con abrazos, disculpas aceptadas y promesas de paz y amistad, no se produjo en Bariloche, donde en el último momento se vio a los dirigentes editando sobre la marcha el documento final de la cumbre para que quedara a gusto de todos, con acuerdos vagos y mínimos.

La cita de Bariloche tuvo como novedad la profusión de documentos, fotocopias, transparencias y hasta el despliegue de PowerPoint por parte de algunos de los participantes como apoyo a sus tesis.

En la foto de familia, faltaron dos de los participantes. El uruguayo Tabaré Vázquez y el peruano Alan García abandonaron Bariloche antes de que finalizara la cumbre, cuando ya llevaba varias horas de extensión respecto al horario previsto, alegando compromisos en sus respectivos países.

TAGS RELACIONADOS