Maurizio Cavani

Cada día que pasa vemos innumerables noticias de robos, asaltos, decesos y, por supuesto, el famoso Caso Rolex que involucra a nuestra presidenta, que es noticia de cada mañana, tarde y noche. Pero, yo me pregunto, ¿qué hay de los demás problemas que también afectan a grandes sectores de la población? Uno de esos es el dengue.

El dengue es un flavivirus de ARN que se transmite a través de la picadura de la hembra del vector artrópodo (medio de transporte) del género Aedes (mosquito); en particular, Aedes aegypti y Aedes albopictus. El dengue viene acechando a nuestro país desde finales del año pasado, cobrándose miles de víctimas producto de la desatención del Gobierno.

Se trata de una infección viral que no suele ser de importancia en la mayoría de los casos, presentándose como una enfermedad febril, sopor en las articulaciones y músculos, además de náuseas acompañadas de vómitos. En esta situación suele ser tratado solo con paracetamol, evitando los antiinflamatorios no esteroideos llamados AINES como la aspirina o el ibuprofeno, para evitar hemorragias. ¿Cuándo suele agravarse? Suele ocurrir en los casos de reinfección, que son muy comunes en zonas de climas tropicales y subtropicales.

En estos casos, cuando el dolor es insoportable, la respiración va a 100 kilómetros por hora y comienzan las hemorragias nasales y en las heces. Aquí la atención hospitalaria inmediata se hace necesaria. Cuando ello ocurre, el paciente camina por la pendiente entre la vida y la muerte, debiendo ocupar una cama de cuidados intensivos (UCI) y, en algunos casos, fallece por la respuesta inmunológica desmedida. En caso de sobrevivir, la post curación de la enfermedad deja rezagos y debilidad.

La propensión a una nueva infección (posterior a la primera infección con alguna de las cuatro cepas conocidas de dengue: DENV-1, DENV-2, DENV-3 o DENV-4) con una cepa diferente a la de la infección inicial, dado que el organismo se muestra inmunosensible (sensibilidad a encuentros posteriores con un patógeno, dada una exposición previa), es lo que conlleva al llamado dengue hemorrágico o dengue severo.

Ya se indicó que los pacientes con enfermedad grave requieren cuidados hospitalarios especiales y, asimismo, necesitan seguir un tratamiento farmacológico no específico, dado que no hay ningún antiviral preciso hasta la fecha. Sin embargo, sí que existen varias vacunas de virus recombinantes quiméricos, de mRNA, virus inactivo y de proteínas recombinantes, que varían en cuanto a la atenuación, eficacia y perfil de inmunogenicidad. No obstante, de las tantas vacunas, incluida la vacuna tetravalente que se distribuye en el Perú, ninguna es 100% efectiva ni aceptada por la FDA como definitiva. Ello, debido a que aún existen evidencias de que la infección post vacunación puede presentar enfermedad moderada y severa.

El dengue es una enfermedad antigua y estacional que se ha vuelto muy importante con el cambio climático. En nuestro país, actualmente, dadas las anomalías climáticas producto del calentamiento del agua, se han detectado aproximadamente 120.000 casos de dengue, lo que viene a ser el mayor brote de nuestra historia. Es cierto que en los demás países de la región (Brasil, Colombia, Argentina y Ecuador) la cantidad de casos nos sobrepasa, pero, si hablamos de la respuesta por parte del sistema de salud, nuestro país marcha último. Y, lamentablemente, siempre estaremos en esa situación porque más importante es entrevistar al señor Banchero respecto del Rolex de la mandataria.

Así como el dengue, muchas enfermedades más se encuentran desatendidas, lo que contrasta con lo que el pueblo clama: una acción inmediata sobre la salud de todos los peruanos y menos casos que involucren bisutería.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.


Maurizio Cavani es biólogo computacional. MSc. UPCH