María Paula Regalado

Cuando acaba la película y se escuchan murmullos de conmoción en la sala entera, sientes el corazón agitado y tienes una amplia lista de comentarios, sabes que ha valido la pena. La película que más esperaba del año por fin llegó a la pantalla grande y, por supuesto, tengo unas cuántas cosas para contar. Y es que, como sabrán por mis artículos previos, el y el son mis dos grandes pasiones. “” se mete, inevitablemente, en los primeros puestos de mi ranking de películas favoritas y en las siguientes líneas les cuento por qué.

El tenis no es simplemente un juego, es una relación. Y la mayoría de veces no es una relación sana. Así lo menciona la joven nueva promesa Tashi Duncan (Zendaya) cuando intenta darle una definición del deporte a sus nuevos amigos y compañeros de cancha, Art Donaldson (Mike Faist) y Patrick Zweig (Josh O’Connor). En muchas ocasiones puede ser una espiral de amor-odio, como han dado testimonio algunos de los más reconocidos tenistas, que te envuelve en un conflicto emocional del que requiere mucho esfuerzo salir.

Un buen partido de tenis tiene la capacidad de contar una historia más compleja de lo que parece. Es un deporte que hay que saber leer: para entender lo que sucede con los jugadores a nivel físico y emocional, sus estrategias que cambian con cada rival y lo que cada punto refleja. Es por eso que el tema central de “Challengers” no es precisamente esta disciplina. “Challengers” es una película que explora la complejidad de las relaciones humanas a través del autodescubrimiento personal y profesional, con una alta cuota de erotismo, acción y sentimentalismo. El ser humano en su faceta más vulnerable.

Pero si nos ponemos a analizar la profundidad de la trama, quizás nos tomaría más de una columna por la cantidad de capas que tiene, así que vayamos a lo técnico. La visión del siempre genial director (más conocido por “Call me by your name” o “Bones and all”) condensa los extraordinarios trabajos de la fotografía, la cámara y, por supuesto, de su fabuloso elenco. Un brillante guion escrito por Justin Kuritzkes construye la narrativa de una forma no convencional, usando, principalmente, ‘flahsbacks’ y ‘flashforwards’ en momentos claves para agregar una tensión especial y poder comprender de forma más dinámica lo que ocurre, manteniendo siempre el factor sorpresa y sin ‘spoilear’ ningún detalle.

Recursos visuales como el punto de vista de los jugadores o posicionar al espectador como si fuera la misma pelota de tenis durante el partido agregan velocidad, movimiento y generan una especial atmósfera de angustia conforme va creciendo el drama en la cinta. Esto se complementa con el alabado ‘soundtrack’ compuesto por Trent Reznor y Atticus Ross (ganadores del Oscar por su maravilloso trabajo en “The social network”), quienes se encargaron de crear ritmos estilo pop y techno que no solo acompañan la intensidad de la historia, sino que también invitan al espectador a querer mover un poco el cuerpo.

A nivel técnico, a mi parecer, quizás lo único que desentona, a pesar de que sigue mucho el estilo del director, es el uso repentino de algunas tomas que de pronto saltan de velocidad regular a cámara lenta; esto rompe un poco con el ritmo de la película que avanza con mucha agilidad, porque son recursos que no son muy usados durante las dos horas del filme, lo que puede llegar a ser un poco desconcertante.

Fuera de ello, y especialmente en la escena cúspide del partido, “Challengers” es un deleite audiovisual que es posible, además, por la innegable química entre sus protagonistas. Zendaya, Mike Faist y Josh O’Connor –reconocidos por sus más recientes trabajos en “Euphoria”, “West side story” y “The crown”, respectivamente– casi sin necesitar personajes secundarios manejan con gran nivel la trama de un triángulo amoroso entre adolescentes y toda su transición a la adultez mientras exploran su sexualidad y resuelven algunos conflictos profesionales.

Poder transmitir sensualidad sin ser precisamente explícito es un acierto tremendo al que Guadagnino ya nos tiene acostumbrados; es por esto que el componente erótico es casi infaltable en sus películas y, de igual manera, en “Challengers” es un elemento fundamental. Escenas que no muestran actos sexuales en lo absoluto logran comunicar que un momento íntimo está transcurriendo y generar incomodidad –de buena forma– en el espectador. De eso se trata precisamente el erotismo. Un trabajo bastante complejo que los actores entendieron a la perfección.

Internet y yo estamos de acuerdo con que “Challengers” sea probablemente una de las películas más adictivas de la década, de esas que, por alguna inexplicable razón, no puedes parar de consumir. Después de haberla visto dos veces, mi alma cinéfila aún pide una tercera, cuarta, quinta… Si te gusta el tenis –y, si no, ¡también!–, un buen drama y el buen cine, corre a ver “Challengers”. Querrás salir y agarrar una raqueta (o una pareja).



*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

María Paula Regalado es Redactora de Opinión